El Terruño de Casa Castillo
El terruño de Casa Castillo está condicionado por la dureza de su clima. Compuesto de arena calcárea fruto de la erosión de la roca madre y cubierto por grava caliza de origen marino cuando el Mar Mediterráneo inundaba estas tierras. Las diferentes parcelas ocupan las laderas de la orientación norte de la Sierra de El Molar.
La aridez del clima con apenas 350mm de lluvia al año unido a sus casi 4.000 horas de sol proporcionan unas excelentes condiciones para el cultivo orgánico y 100% ecológico. La ubicación en pleno altiplano de Jumilla a 700 m.s.n.m. contribuye al enorme salto térmico de temperaturas entre el día y la noche, ralentizando los procesos de maduración de la uva y completando perfectamente el ciclo vegetativo.
La totalidad de la uva para los vinos de Casa Castillo se cultivan en la propia finca, 420 ha de superficie de las que se destinan 170 ha a viñedos, ocupando los suelos y orientaciones más propicias. La variedad autóctona Monastrell, junto a Garnacha y Syrah cultivadas de forma tradicional en secano y en vaso, con rendimientos muy bajos, forman el trío de variedades idóneas para el perfil de nuestros vinos. Almendros y olivos intercalados entre los viñedos completan este mosaico mediterráneo, rico en biodiversidad, contribuyendo a la conservación del paisaje y del medio ambiente.
EVOLUCIÓN DE LA FINCA
En 1941, después de la guerra civil, D José Sánchez-Cerezo adquiere la Finca Casa Castillo la cual utiliza como base de operaciones para acarrear y almacenar grandes cantidades de madera, esparto y hierbas aromáticas que utilizaba para su comercio y transformación. Al mismo tiempo empieza a plantar y cultivar pequeñas parcelas de viñas cuya producción se vendía a otras bodegas de la zona.
En 1960, con la aparición del plástico en España, se hunde el comercio de fibras vegetales y madera. Es cuando se inicia el mayor desarrollo de la agricultura en la Finca Casa Castillo, alentado también por la aparición de la maquinaria agrícola, que empieza a ampliar sus plantaciones de viña, almendro, olivo y cereal. Hasta este momento todo destinado a la venta a otras bodegas y comerciantes.
No será hasta 1991 cuando D. Nemesio Vicente Vicente, marido de la hija de D. José Sánchez-Cerezo y padre de los actuales propietarios, propusiera reconstruir la antigua bodega que estaba en desuso para elaborar vinos de las uvas allí cultivadas. Nace así la Bodega Casa Castillo con un espíritu claro y conciso: dar un valor añadido a la producción agraria y recuperar la historia y nobleza de una variedad ancestral como la Monastrell.
En la actualidad son Guillermina, Julia, Marisol y José Maria Vicente Sánchez-Cerezo junto a un gran equipo, tanto en campo como en bodega, quienes dirigen la propiedad y conservan el legado de su abuelo. Fieles a las prácticas tradicionales de cultivo y elaboración han logrado dotar a los vinos de Casa Castillo de una personalidad y tipicidad propia, reconocida actualmente en todos los rincones del mundo.
ELABORACIÓN DE VINOS
La vendimia da comienzo a principio de septiembre con la variedad Syrah, seguido de Garnacha y Monastrell, hasta mediados de octubre. Tras una doble selección, tanto en viña como en bodega, las uvas se enfrían en cámara frigorífica hasta los 14ºc para luego ser procesadas.
La fermentación con levaduras autóctonas es muy tradicional, con parte de racimos enteros. Maceraciones cortas y temperaturas altas de fermentación garantizan la correcta conducción del proceso. Los vinos finalizan en barricas usadas de 500 ltrs donde hacen la fermentación maloláctica y permanecen con sus lías hasta la primavera, momento en el que pasan a fudres de 5.000 ltrs a madurar 12 meses más previo al embotellado.